Casa Taos, descubriendo el paraíso

Casa Taos, no olvides este nombre porque es sinónimo de paraíso. Durante el mes de mayo Amalia y yo organizamos la despedida de soltera de nuestra muy querida amiga Elena. No queríamos un plan convencional para estas ocasiones, sino un viaje a un lugar que ninguna conociéramos, además de descansar y disfrutar cómo nos gusta: con largas conversaciones regadas de una bebida fresquita.

Por sugerencia de otro amigo nos dieron el contacto de Karima, dueña, junto con su marido de Casa Taos, un hotel a las afueras de la ciudad de Marrakech. Desde el principio nos lo facilitó todo, la reserva, traslado del aeropuerto al hotel…todo lo que le preguntábamos era resuelto por ella en un instante.

Así que una vez en el aeropuerto, un amable chófer nos recogio y llevó al hotel. Al llegar a este paraíso, tras todo el día de viaje -una venía de Granada, otra de Madrid y otra de Málaga al punto de encuentro, Sevilla-, solo nos apeteció pedir una cerveza y quedarnos en esa estupenda terraza de la piscina, epicentro de Casa Taos.

Fachada y piscina Casa Taos

Pero pudimos con la pereza y nos fuimos a disfrutar de la noche de Marrakech, que os adelanto, da para mucho, pues tiene un ambiente muy europeo, sobre todo francés, así que te encuentras con chicas muy elegantes y divertidas y chicos con modales exquisitos y sonrisas «profiden».

Al día siguiente teníamos claro que el plan era disfrutar de Casa Taos. Este riad está a 10 minutos en coche del centro de la ciudad. Pero más que un riad, es una casa de huéspedes, como a sus dueños les gusta llamarlo. Sólo tiene 8 habitaciones, localizadas entre diferentes pabellones individuales repartidas por todo el jardín. Esto nos asegura tranquilidad absoluta, sólo te despierta el cantar de los pájaros, y que los clientes que suelen elegir Casa Taos sean de un estilo muy «slow food«. Y es que la comida es otro de los puntos fuertes de este paraíso. La mayoría de los platos están elaborados con productos recogidos de su propio huerto. Aquí podéis ver el desayuno de unos de los días. Siempre con fruta fresca, mermeladas caseras, aceite, miel, dátiles, pasas, zumos naturales y algún dulce típico, cada día uno diferente. Empezar así el día era un chute de energía!

Desayuno Casa Taos

Otro de los placeres de los que puedes disfrutar es de un masaje en tu propia habitación…perfecto para estar preparadas para volver a disfrutar de la noche de Marrakech, esta vez en el conocido Hotel La Mamunia y su restaurante marroquí. No voy a repetir lo sabido, pero sí destacar el trato exquisito, los abundantes platos -por favor, ve con mucha hambre, nosotras no pudimos terminarnos los últimos platos- y el ambiente de lujo y música en directo que te lleva a otro mundo. Un pequeño detalle, como dijimos que estábamos de despedida de soltera de nuestra amiga, un amable camarero nos invitó a una botella de champagne Ruinart, nos dijo que no dijésemos nada…pero nos hizo tanta ilusión!

Hotel La Mamunia

Nuestro tercer día también lo dedicamos a tomar el sol y a disfrutar de los deliciosos vinos blancos de la zona. Ah, yo también pude trabajar un poco desde la zona de restaurante interior, de lo más acogedora.

Jardin Casa Taos

Una imagen panorámica del jardín desde nuestra habitación con Elena al fondo

Aunque nuestro plan consistió en pasar el día de relax en Casa Taos, salir por la noche a cenar a sitios de moda, una tarde, contradiciendo las indicaciones de Karima, decidimos conocer la ciudad, así que nos subimos al bus turístico y nos dimos una vuelta.

Ruta por Marrakech

Errorrrr, pasamos un calor de muerte! Llegamos deshidratadas a la cena, en una de las terrazas de los restaurantes que hay cerca de la Plaza de Jamaa el Fna, el Kosybar, muy recomendable.

Y aquí está la homenajeada, Elena, que nos dio la excusa perfecta para pasar unos días inolvidables que siempre quedarán en nuestro recuerdo, y por supuesto prometemos volver a Casa Taos!!

Piscina Casa Taos

@maripirobles

 

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